miércoles, 19 de septiembre de 2012

Co dependencia: el vìnculo que asfixia


Las relaciones vinculares constituyen un aspecto fundamental en el desarrollo de la personalidad y en la maduración psíquica de los jóvenes. Los seres humanos apenas nacen empiezan a establecer vínculos, no solo con las personas que los rodean sino también con el ambiente en el cual tienen lugar sus primeras vivencias fuera del claustro materno.

La manera como logren comunicarse con sus padres, familiares, amigos, educadores, etcétera, irá moldeando  su forma de ser en el mundo, a menudo reflejo de lo que puedan observar y experimentar dentro de sus hogares, jardines de infantes, escuelas, clubes y demás ámbitos donde vayan desarrollando sus primeras experiencias vitales.

En los últimos tiempos se han realizado numerosos trabajos científicos alertando sobre un tipo de vínculo patológico que afecta a numerosas parejas y que tiene una incidencia directa en los hijos, que inconscientemente introyectan ese modelo de relación interpersonal y luego de adultos tienen tendencia a repetirlo o directamente lo repiten.

Si difícil es encontrar la felicidad dentro de uno mismo, imposible será hallarla a través de los otros. Sirva este pensamiento para introducirnos en el complejo tema de la co-dependencia. Un concepto que comenzó a utilizarse en la psicología contemporánea a partir de la década del ´60. Tal conceptualización de un tipo de comportamiento ligado de una persona a otra, tuvo su primer punto de apoyo en las relaciones muy particulares que se daban con individuos afectados de alcoholismo o toxicomanía.
El co-dependiente era aquel que, en primera instancia, olvidándose de sí mismo, se entregaba totalmente a tratar de "salvar" a alguien que, envuelto en las redes del alcohol o las drogas, era hostil, autoritario y prepotente. Quiere decir que, los primeros co-dependientes fueron personas que trataron por todos sus medios de seguir un irrefrenable impulso de ayudar a otro ser, muy cercano, fuera pareja o familiar, afectado por algunas de las enfermedades consideradas dentro del tipo de las dependencias.
Con el correr del tiempo, el concepto de co-dependencia se fue desarrollando y ampliando, hasta abarcar una forma particular de vínculo afectivo entre una persona que renuncia a sí misma para involucrarse totalmente en la problemática de otra, por lo general con rótulo de enfermo.
Este vínculo, tan característico por la despersonalización que provoca, no solamente puede estar referido de un individuo a otro sino que también se puede dar con respecto a una institución a la cual se le brinda absolutamente todo, sin pedir nada a cambio.
Dentro de este marco de relaciones interpersonales patológicas, en el cual hay que colocar como una modalidad específica la co-dependencia, podemos definir a esta siguiendo a Robert Subby: "Una condición emotiva, psicológica y comportamental cuando se vienen asociando, por un largo período de tiempo, una serie de normas represivas que impiden expresar libremente los sentimientos, sin poder apartarse de los problemas personales e interpersonales de otros".
Ernie Larsen, otro especialista en la materia y pionero en el campo de la investigación de esta patología, la ha definido como: "Aquel comportamiento desprovisto de autodefensa y que se caracteriza por la incapacidad de poder iniciar o conducir por un camino independiente una relación sentimental".
En síntesis, co-dependencia significa "ocuparse siempre de los otros, sea por un vínculo formal (matrimonio) o por una unión igualmente seria, aunque carezca de compromiso legal u obligatorio".
Los avances más significativos en el estudio y la terapia de la co-dependencia se produjeron hacia fines de los años ´70. Para ese entonces, ser co-dependiente implicaba un tipo de relación patológica contra la vida normal, libre e independiente de cada una de las personas, para caer en una dependencia total y absoluta ligada a una conducta francamente patológica y dominante, muy relacionada con hábitos como el alcohol, las drogas, el sexo, el trabajo, el tabaquismo y, en general todas las conductas adictivas.
A medida que se fue avanzando en el estudio de esta forma de patología vincular, se fueron definiendo las características del co-dependiente, encontrándose en ellos los siguientes elementos comunes:
  • Pensamiento o creencia de su responsabilidad absoluta por los actos, sentimientos, acciones e incluso destino de otros.
  • Ansia, compasión y sentido de culpa al no poder remediar un problema conductual específico de otro.
  • Displacer en forma de rabia cuando su acción resulta ineficaz para solucionar ese problema ajeno.
  • Hacer lo que en realidad no se desea ni se siente pero que se toma como obligación o favor hacia otro que lo considera necesario.
  • Sentimiento de serenidad cuando uno se prodiga hacia la solución de un problema ajeno y sentimiento de tristeza cuando no se logra el objetivo intentado.
  • El co-dependiente se siente impregnado de una manera excesiva, oprimido y bajo presión, por responsabilidades que dependen de otro.
  • Al mismo tiempo, se culpa a quien crea la co-dependencia del propio malestar interno y se llega a criticar el espíritu altruista.
  • El co-dependiente proviene por lo general de una familia con problemas internos, disturbios y represiones, los cuales externamentes son siempre negados.
El co-dependiente se hace responsable por todo lo que le corresponde y por todo lo que no le corresponde y carga con culpas propias y ajenas

Generalmente para que se de un vínculo de co-dependencia es necesario que una persona, el co-dependiente, se auto convenza de que puede hacerse cargo de la cura de otro, de salvarlo, de preservarlo de males mayores, aunque el mismo deba convertirse en víctima.
Se ha referido que, en la mayoría de las relaciones de co-dependencia, es posible encontrar lo que se ha llamado el Triángulo de Karpman, en el cual el co-dependiente cumple un triple rol, primero de salvador, luego de perseguidor y por último de víctima, en un vínculo cerrado, tal como lo describió en su teoría Stephen B. Karpman, quien describió el modelo de comportamiento típico del co-dependiente con sus amigos, su familia y sus vecinos.
A nivel de psicología interna, la co-dependencia es un problema de interpretación: "El co-dependiente" entiende que debe socorrer y sobre llevar el problema de otro sobre su propia responsabilidad. Es como una caridad que no espera nada como respuesta, porque todo lo que hay que hacer ha sido hecho".
Como dice Scott Eglestone: "Nosotros salvamos a otro asumiendo como nuestra su propia responsabilidad. Se absorben sus pensamientos, sus emociones, sus decisiones, su comportamiento y su destino".
Se toma todo en ese contexto porque el co-dependiente piensa que el otro es absolutamente incapaz de enfrentar la situación por sí solo, en consecuencia, se siente imprescindiblemente necesario para poder superar una situación que no le pertenece. El co-dependiente se cree el salvador de una víctima, sin darse cuenta que él es la propia víctima del otro. Una cosa es ayudar generosamente, y otro muy distinta el total sacrificio personal en el que cae el co-dependiente.
Establecida de esa manera la relación patológica que constituye el núcleo central de esta patología, deben tenerse en cuenta todos los factores consignados anteriormente para que, desde un punta de vista terapéutico, haya una toma de conciencia de la forma en que el co-dependiente ha caído en una pérdida de identidad y de responsabilidad, al asumir como propio lo que le es ajeno.
De esa forma, el tratamiento debe estar orientado hacia una interpretación de la realidad en el sentido de que la vida individual de la persona y el ejercicio maduro de su libertad son la base y el fundamento de las relaciones personales sanas y de la propia autonomía. Es fundamental también elevar la autoestima de aquella persona que, inconscientemente ha caído en un vínculo enfermo de co-dependencia, perdiendo su propia capacidad de decisión para ligarla a un problema que no le pertenece.
Es muy importante también trabajar terapéuticamente en las relaciones interpersonales y sobre todo en la manera como se establecieron los primeros vínculos relacionales con los padres y hermanos.
Sólo de esa manera, proclamando y fortaleciendo la autodependencia, es que se podrá crear la base de un sistema relacional sano y de esa forma también prevenir la caída en la co-dependencia. Un problema de nuestro tiempo que requiere asistencia especializada porque es muy difícil de advertir desde el interior de uno mismo.
Es a partir de una actitud madura de autocuestionamiento y autoanálisis que se podrá tener la primera pauta para un esclarecimiento que llevará a la consulta y, desde esta al tratamiento. El camino de la autorrealización y el desarrollo de la propia persona se abre desde uno y sin ligaduras que nos aten a obligaciones autoimpuestas.
La libertad interior es la que permite detectar estos condicionamientos que impiden transitar el propio sendero de la vida para llevarnos hacia destinos compartidos que atentan contra la individualidad. Evitemos caer en esas rutas equivocadas para alcanzar la verdadera plenitud del ser.

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