Las relaciones vinculares
constituyen un aspecto fundamental en el desarrollo de la personalidad y en la
maduración psíquica de los jóvenes. Los seres humanos apenas nacen empiezan a
establecer vínculos, no solo con las personas que los rodean sino también con
el ambiente en el cual tienen lugar sus primeras vivencias fuera del claustro
materno.
La manera como logren
comunicarse con sus padres, familiares, amigos, educadores, etcétera, irá
moldeando su forma de ser en el mundo, a
menudo reflejo de lo que puedan observar y experimentar dentro de sus hogares,
jardines de infantes, escuelas, clubes y demás ámbitos donde vayan
desarrollando sus primeras experiencias vitales.
En los últimos tiempos se
han realizado numerosos trabajos científicos alertando sobre un tipo de vínculo
patológico que afecta a numerosas parejas y que tiene una incidencia directa en
los hijos, que inconscientemente introyectan ese modelo de relación
interpersonal y luego de adultos tienen tendencia a repetirlo o directamente lo
repiten.
Si difícil es encontrar la
felicidad dentro de uno mismo, imposible será hallarla a través de los otros.
Sirva este pensamiento para introducirnos en el complejo tema de la
co-dependencia. Un concepto que comenzó a utilizarse en la psicología
contemporánea a partir de la década del ´60. Tal conceptualización de un tipo
de comportamiento ligado de una persona a otra, tuvo su primer punto de apoyo
en las relaciones muy particulares que se daban con individuos afectados de
alcoholismo o toxicomanía.
El co-dependiente era aquel que, en primera instancia, olvidándose de sí
mismo, se entregaba totalmente a tratar de "salvar" a alguien
que, envuelto en las redes del alcohol o las drogas, era hostil, autoritario y
prepotente. Quiere decir que, los primeros co-dependientes fueron personas que
trataron por todos sus medios de seguir un irrefrenable impulso de ayudar a
otro ser, muy cercano, fuera pareja o familiar, afectado por algunas de las
enfermedades consideradas dentro del tipo de las dependencias.
Con el correr del tiempo, el concepto de
co-dependencia se fue desarrollando y ampliando, hasta abarcar una forma
particular de vínculo afectivo entre una persona que renuncia a sí misma para
involucrarse totalmente en la problemática de otra, por lo general con rótulo
de enfermo.
Este vínculo, tan característico por la
despersonalización que provoca, no solamente puede estar referido de un
individuo a otro sino que también se puede dar con respecto a una institución a
la cual se le brinda absolutamente todo, sin pedir nada a cambio.
Dentro de este marco de relaciones interpersonales
patológicas, en el cual hay que colocar como una modalidad específica la
co-dependencia, podemos definir a esta siguiendo a Robert Subby: "Una
condición emotiva, psicológica y comportamental cuando se vienen asociando, por
un largo período de tiempo, una serie de normas represivas que impiden expresar
libremente los sentimientos, sin poder apartarse de los problemas personales e
interpersonales de otros".
Ernie Larsen, otro especialista en la materia y pionero en el campo de
la investigación de esta patología, la ha definido como: "Aquel
comportamiento desprovisto de autodefensa y que se caracteriza por la
incapacidad de poder iniciar o conducir por un camino independiente una
relación sentimental".
En síntesis, co-dependencia significa "ocuparse
siempre de los otros, sea por un vínculo formal (matrimonio) o por una unión
igualmente seria, aunque carezca de compromiso legal u obligatorio".
Los avances más significativos en el estudio y la
terapia de la co-dependencia se produjeron hacia fines de los años ´70. Para
ese entonces, ser co-dependiente implicaba un tipo de relación patológica
contra la vida normal, libre e independiente de cada una de las personas, para
caer en una dependencia total y absoluta ligada a una conducta francamente
patológica y dominante, muy relacionada con hábitos como el alcohol, las
drogas, el sexo, el trabajo, el tabaquismo y, en general todas las conductas
adictivas.
A medida que se fue avanzando en el estudio de esta
forma de patología vincular, se fueron definiendo las características del
co-dependiente, encontrándose en ellos los siguientes elementos comunes:
- Pensamiento o creencia de su responsabilidad absoluta por los actos, sentimientos, acciones e incluso destino de otros.
- Ansia, compasión y sentido de culpa al no poder remediar un problema conductual específico de otro.
- Displacer en forma de rabia cuando su acción resulta ineficaz para solucionar ese problema ajeno.
- Hacer lo que en realidad no se desea ni se siente pero que se toma como obligación o favor hacia otro que lo considera necesario.
- Sentimiento de serenidad cuando uno se prodiga hacia la solución de un problema ajeno y sentimiento de tristeza cuando no se logra el objetivo intentado.
- El co-dependiente se siente impregnado de una manera excesiva, oprimido y bajo presión, por responsabilidades que dependen de otro.
- Al mismo tiempo, se culpa a quien crea la co-dependencia del propio malestar interno y se llega a criticar el espíritu altruista.
- El co-dependiente proviene por lo general de una familia con problemas internos, disturbios y represiones, los cuales externamentes son siempre negados.
El co-dependiente se hace
responsable por todo lo que le corresponde y por todo lo que no le corresponde
y carga con culpas propias y ajenas
Generalmente para que se de un vínculo de
co-dependencia es necesario que una persona, el co-dependiente, se auto
convenza de que puede hacerse cargo de la cura de otro, de salvarlo, de
preservarlo de males mayores, aunque el mismo deba convertirse en víctima.
Se ha referido que, en la mayoría de las relaciones
de co-dependencia, es posible encontrar lo que se ha llamado el Triángulo de
Karpman, en el cual el co-dependiente cumple un triple rol, primero de
salvador, luego de perseguidor y por último de víctima, en un vínculo cerrado,
tal como lo describió en su teoría Stephen B. Karpman, quien describió
el modelo de comportamiento típico del co-dependiente con sus amigos, su
familia y sus vecinos.
A nivel de psicología interna, la co-dependencia es
un problema de interpretación: "El co-dependiente"
entiende que debe socorrer y sobre llevar el problema de otro sobre su propia
responsabilidad. Es como una caridad que no espera nada como respuesta, porque
todo lo que hay que hacer ha sido hecho".
Como dice Scott Eglestone: "Nosotros
salvamos a otro asumiendo como nuestra su propia responsabilidad. Se absorben
sus pensamientos, sus emociones, sus decisiones, su comportamiento y su
destino".
Se toma todo en ese contexto porque el
co-dependiente piensa que el otro es absolutamente incapaz de enfrentar la
situación por sí solo, en consecuencia, se siente imprescindiblemente necesario
para poder superar una situación que no le pertenece. El co-dependiente se cree
el salvador de una víctima, sin darse cuenta que él es la propia víctima del
otro. Una cosa es ayudar generosamente, y otro muy distinta el total sacrificio
personal en el que cae el co-dependiente.
Establecida de esa manera la relación patológica
que constituye el núcleo central de esta patología, deben tenerse en cuenta
todos los factores consignados anteriormente para que, desde un punta de vista
terapéutico, haya una toma de conciencia de la forma en que el co-dependiente
ha caído en una pérdida de identidad y de responsabilidad, al asumir como
propio lo que le es ajeno.
De esa forma, el tratamiento debe estar orientado
hacia una interpretación de la realidad en el sentido de que la vida individual
de la persona y el ejercicio maduro de su libertad son la base y el fundamento
de las relaciones personales sanas y de la propia autonomía. Es fundamental
también elevar la autoestima de aquella persona que, inconscientemente ha caído
en un vínculo enfermo de co-dependencia, perdiendo su propia capacidad de
decisión para ligarla a un problema que no le pertenece.
Es muy importante también trabajar terapéuticamente
en las relaciones interpersonales y sobre todo en la manera como se
establecieron los primeros vínculos relacionales con los padres y hermanos.
Sólo de esa manera, proclamando y fortaleciendo la
autodependencia, es que se podrá crear la base de un sistema relacional sano y
de esa forma también prevenir la caída en la co-dependencia. Un problema de
nuestro tiempo que requiere asistencia especializada porque es muy difícil de
advertir desde el interior de uno mismo.
Es a partir de una actitud madura de
autocuestionamiento y autoanálisis que se podrá tener la primera pauta para un
esclarecimiento que llevará a la consulta y, desde esta al tratamiento. El
camino de la autorrealización y el desarrollo de la propia persona se abre
desde uno y sin ligaduras que nos aten a obligaciones autoimpuestas.
La libertad interior es la que permite detectar
estos condicionamientos que impiden transitar el propio sendero de la vida para
llevarnos hacia destinos compartidos que atentan contra la individualidad.
Evitemos caer en esas rutas equivocadas para alcanzar la verdadera plenitud del
ser.
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