Dice Daniel Goleman
en su último libro “Inteligencia Social”, editado en septiembre del año 2006:
“En este libro apunto a descorrer el telón a una nueva ciencia emergente, una
ciencia que da a conocer casi todos los días sorprendentes percepciones de
nuestro mundo interpersonal”. De la lectura y reflexión de ese texto podemos
sintetizar que:
El descubrimiento más
fundamental de esta disciplina es que los seres humanos estamos fabricados y
conectados para establecer relaciones profundas con el prójimo. La neurociencia
ha descubierto que el diseño mismo de nuestro cerebro lo hace inexorablemente
atraído a un íntimo enlace cerebro a cerebro, cada vez que nos relacionamos con
otra persona.
Este puente nervioso
nos permite hacer impacto en el cerebro y, por ende, en el cuerpo de cualquier
persona con la que interactuamos, así como también lo hacen esas personas con
nosotros. Incluso, nuestros encuentros más rutinarios, actúan como reguladores
en el cerebro, preparando nuestras emociones, algunas deseables, otras no.
Cuanto más fuerte nos
relacionamos emocionalmente con alguien, mayor es la fuerza mutua. En nuestros
intercambios más potentes, durante esos enlaces neurológicos, nuestros cerebros
se entregan a una danza emocional, una danza de sentimientos, en la que
participan un tipo especial de células que se han denominado “neuronas espejo”.
Nuestras
interacciones sociales funcionan, a partir de ellas, como moduladores, algo así
como termostatos interpersonales, que continuamente reacomodan aspectos claves
de nuestras funciones cerebrales, a medida que se orquestan nuestras emociones.
Las neuronas espejo
se ponen en funcionamiento cuando dos personas se encuentran por primera vez,
luego se enamoran, después se besan por primera vez y llegan juntos a descubrir
lágrimas no derramadas. Es una especie de radar interpersonal que hace unir la
sintonía de la mente con el cuerpo.
Los sentimientos
resultantes tienen consecuencias de largo alcance, que nos recorren todo el
cuerpo, enviando torrentes de hormonas que regulan los sistemas biológicos,
desde el corazón hasta las células inmunológicas.
Hasta un grado
sorprendente, entonces, nuestras relaciones no solo moldean nuestras
experiencias sino también nuestra biología. El enlace cerebro a cerebro permite
que nuestras relaciones más fuertes se sincronicen en aspectos tan frívolos
como reirnos de las mismas cosas o profundos como activar las hormonas.
El enlace es una
espada de doble filo porque nuestras relaciones pueden ser nutritivas, con un
impacto beneficioso sobre la salud, o pueden ser tóxicas actuando como un
veneno lento sobre el cuerpo. Prácticamente todos los descubrimientos
científicos que se presentan en este libro han surgido después del año 2000.
Por su parte, Alexa
Mohl, en el primer tomo de El aprendiz de Brujo, dice que: “Los críticos de la PNL, cuando arremeten contra
la creación consciente de una sintonía entre dos personas, insisten en los
posibles efectos manipuladores que pueden originarse”. Nadie niega, por
supuesto, que es posible manipular a otros empleando eficaces técnicas de
sintonía interpersonal, sobre todo cuando se trata de contactos superficiales o
aislados, que no permiten reconocer o analizar con detalles las estrategias que
guían a los interlocutores terapéuticos.
Ahora bien, los
procesos que se ponen en marcha dentro de nosotros cuando aplicamos estas
técnicas son tan importantes como la impresión que podamos provocar en la otra
persona. De ahí que toda técnica de sintonía con el prójimo sea una técnica empatica,
esto es procedimientos que nos permiten penetrar en el mundo íntimo de los
individuos y contemplarlo con los mismos ojos, captarlo con los mismos oídos y
experimentarlo tan intensamente como el otro.
Lo seres humanos
poseemos la capacidad y la sensibilidad innatas necesarias para comprender y
entender a nuestros congéneres. No obstante, el enfoque economista de nuestra
cultura nos ha llevado a descuidar la vertiente emocional de nuestras vidas,
sobre todo en el ámbito de las profesiones. Conviene recordar que, en nuestras
vidas, debemos desempeñar muchas otras funciones, además de lo puramente
laboral y lo rutinario de lo existencial diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario