El embarazo y la
maternidad en la niña y la adolescente constituyen una eventualidad conocida
desde siempre. Pero en la vida moderna, tal circunstancia genera graves
problemas tanto para la madre cuanto para su hijo.
Indudablemente, son
múltiples las facetas que deben tenerse en cuenta, a partir de una problemática
que arranca de lo biológico, pasa por lo psicológico y repercute en lo
social.
En lo que hace al
organismo humano, la maduración sexual es un fenómeno corporal que, si se
instala precozmente, ello depende de múltiples factores que pueden ir desde el
clima hasta la alimentación.
Pero, lo cierto, es
que hoy la mayoría de las niñas se encuentran en condiciones de engendrar desde
los 13 años o incluso menos, habiéndose dado muchos casos de notable precocidad
(madres de 10 años o menos).
Esto puede ser
grave porque si bien una niña es capaz de producir óvulos y éstos ser
fecundados a tan temprana edad, el resto del desarrollo corporal no se completa
hasta bien pasada la adolescencia y, en consecuencia con la maternidad infantil
o juvenil estamos frente embarazos de mucho riesgo.
En lo psicológico
las madres niñas y adolescentes lejos están de haber alcanzado una madurez psíquica
que les permita formar una familia estable y, menos aún, cumplir un rol
maternal en forma responsable.
La sociedad en
general, por su parte, tampoco le brinda a la niña o a la adolescente, por ser
madre, una contención solidaria sino que más bien las estigmatiza, aunque
actualmente se observen actitudes un poco más comprensivas.
En consecuencia,
desde un punto de vista preventivo, hay dos realidades que no pueden
soslayarse:
1) El incremento de
embarazos infantiles y juveniles, no siempre son finales felices, y en muchos
casos resultantes de situaciones de abuso sexual, promiscuidad y una carencia
casi absoluta de información específica, todo lo cual puede ser englobado en
acciones de prevención primaria.
2) Una vez producido
el embarazo, gran parte de las niñas y jóvenes suelen adoptar, especialmente
por ignorancia, una actitud pasiva y descuidada, justamente en un período en el
cual la aplicación de medidas higiénicas y un correcto seguimiento de ese
embarazo, son fundamentales para la futura salud de la madre y el hijo en
gestación, todo lo cual puede ser englobado en acciones de prevención
secundaria.
PREVENCION PRIMARIA:
Debe tener, como
toda prevención, un objetivo general y objetivos específicos, susceptibles de
ser evaluados periódicamente, para seguir y controlar la marcha del programa.
Objetivo general:
Provocar acciones
en la comunidad a los efectos de prevenir que se produzcan embarazos no
deseados en niñas y adolescentes menores de 15 años.
Objetivos especificos:
- Trabajar
sobre poblaciones de riesgo evaluando los medios familiares y sociales donde se
detectan con mayor frecuencia estas situaciones.
- Alertar a
los padres de familia en especial las madres, sobre los riesgos que involucran
un embarazo infantil o juvenil.
- Impartir
normas higiénicas y educativas que ayuden a un sano crecimiento, inculcando el
respeto hacia la condición sexual de la mujer, como futura madre de familia .
Acciones operativas:
Estarán a cargo de
un equipo interdisciplinario, compuesto por un médico especialista en salud
pública, un psicólogo, dos trabajadores sociales encargados principalmente con
todo lo que tenga que ver con trabajo en terreno; un asesor letrado en Derecho,
por las implicaciones legales que puedan tener muchos de éstos casos: identificación
del progenitor masculino, joven madre abandonada por un conviviente mayor de
edad, embarazos como consecuencias de delitos de índole privada, jóvenes madres
que han sufrido abuso sexual por parte de sus padres, padrastro, hermanos
mayores o cualquier otro familiar.
También habrá que
atender si esa madre puede hacerse cargo o no de la tenencia de su hijo, si
ejerce o es impulsada a ejercer la prostitución, si puede vender o entregar a
su hijo.
También el asesor
letrado velará por la seguridad del nuevo ser, evitando todos los tipos de
explotación que hoy son conocidos.
El equipo
interdisciplinario debería estar integrado y responder jerárquicamente a la
dirección de un Programa General de Familia, que sea su soporte estructural.
Deberá tener un lugar
de asentamiento y contar por lo menos con dos agentes administrativos.
Tareas operativas:
Se ordenarán de la
siguiente manera:
- El trabajo
en terreno, detección de situaciones de riesgo y casos de embarazo infantil o
juvenil estará a cargo de los trabajadores sociales.
- Un médico
sanitarista elaborará los programas preventivos específicos en conjunto con el
resto del equipo, trabajando sobre la educación para la salud, brindando
información, cursos y todo lo necesario en instituciones sanitarias (dispensarios),
administrativas(centros de participación comunitaria), vecinales (centros),
parroquiales o escolares, etc.
El asesor letrado
tomará notas de las posibles implicancias jurídicas que pueden tener los
distintos casos detectados.
- Un psicólogo
tendrá a su cargo las tareas de psicoprofilaxis cuando se haga detección precoz
de embarazadas jóvenes.
- Los
agentes administrativos ordenarán y archivarán las actuaciones, receptando
además posibles pedidos de la actuación del equipo.
Importante: los contenidos de las acciones preventivas
respetarán, ante todo, la libertad individual, el derecho a la vida y la
dignidad humana.
PREVENCION SECUNDARIA:
Objetivo general: Asegurar a la
menor embarazada una acción integral, desde la concepción hasta el puerperio,
para lo cual el equipo interdisciplinario deberá estar articulado con las
instituciones de salud pública, en el área de maternidad e infancia.
Objetivos
específicos:
- Brindar
recepción a la demanda espontánea de menores embarazadas o madres y orientarlas
hacia una atención médica.
- Orientar
la cobertura de atención a la totalidad de la población de menores embarazadas,
dentro del área programática, que no reciben ninguna atención sanitaria.
- Brindar a
la embarazada y a la lactante psicoprofilaxis, orientándolas psicológicamente
hacia un parto natural sin temores y dándoles las primeras pautas de atención
al recién nacido.
Tareas y acciones operativas:
- Captación
de menores embarazadas, que no concurran a centros de salud ni hospitales.
- Búsqueda
activa de jóvenes embarazadas en el área programática.
-
Orientación clínica, psicológica, social, legal y educativa (especialmente en
los colegios y con docentes), a las menores embarazadas.
- Derivación
de menores embarazadas a distintos niveles de atención médica, según el grado
de riesgo detectado.
- Derivación
de menores adolescentes para el parto institucional.
- Educación
para la salud, a través de charlas o conferencias. Integrar mesas de trabajo
sobre prevención y atención primaria de esta problemática.
-
Participación del asesor letrado para una rápida derivación a la Justicia, en los casos
que así lo requieran.
Recursos:
El mismo equipo
interdisciplinario articulará, en un principio, la prevención primaria y la
secundaria, en la medida que las necesidades lo requieran y el presupuesto lo
permita. Ambas tareas podrían ser subdivididas.
Acciones especificas:
- Captación
de embarazadas infantiles o juveniles en terreno.
- Pesquisas
en terreno, a través de visitas domiciliarias.
-
Investigaciones a través de informantes claves, agentes sanitarios, líderes
barriales, clubes de madres, escuelas, etcétera.
-
Concretados los pasos anteriores, realizar entrevistas domiciliarias,
entrevistas de consulta y citaciones jurídicas, en los casos que así lo
requieran.
Educacion para la salud:
- El equipo
interdisciplinario implementará la forma de brindar pautas de educación
sanitaria prenatal y postnatal.
- Entre las
acciones psicoprofilácticas se destacará la preparación familiar para la
recepción de un nuevo miembro del grupo.
- Brindar
educación programada para la atención hogareña del recién nacido: cuidado,
higiene, lactancia y alimentación, cronograma de vacunaciones, prevención de
enfermedades estacionales y, psicológicamente, enseñar acciones de estimulación
temprana.
- Se
destacará especialmente la importancia de la lactancia materna y se brindará
asesoramiento a la madre joven y la embarazada sobre autocontrol de sus mamas,
como primera medida preventiva para la detección precoz de la displasia mamaria
o eventuales quistes o tumores, como así también se brindará información
preventiva de otras patologías ginecológicas, como la prevención por control
periódico, del cáncer de cuello de útero.
- En cuanto
a las acciones de salud mental, el equipo brindará asesoramiento sobre
integración psicológica y relaciones vinculares entre padres y hermanos. Apoyo
psicoterapéutico, en caso de la falta de alguno de los progenitores.
- Alertar en
general a las madres jóvenes y grupos familiares sobre el accionar delictivo de
grupos que utilizan niños para el tráfico de órganos, prostitución infantil y
pornografía infantil, de lo cual se tiene escasa o nula información en los
barrios carenciados.
Sistema de registro de datos:
De cada caso se llevará
un registro de anotaciones que incluya la detección, anamnesis directa e
indirecta y controles posteriores.
De esta manera,
quedan conformadas las bases teóricas, operativas y funcionales para la
realización de un programa de prevención primaria y secundaria de la maternidad
infantil y juvenil, el que deberá ser adaptado a las condiciones locales y
recursos disponibles dentro del área donde vaya a ser aplicado.
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