En septiembre del año 2001 procedí a poner en
Internet una página web identificada como www.psycodelica.com
que me permitió descargar en ella una serie de inquietudes relacionadas con la
mente humana.
Dicho sitio lo pude mantener hasta fines del año
2004, período en el cual, gracias al mismo, pude entablar contacto con
numerosas personas de distintas partes del mundo.
Por medio de mi página Psycodélica me pude
relacionar con antropólogos estudiosos del chamanismo y participar en carácter
de conferenciante invitado en dos congresos internacionales sobre el tema que
tuvieron lugar en Barcelona, España, en los años 2002 y 2004.
También fueron fundamentales mis escritos en Psycodélica
para la realización de mi libro “El poder de lo invisible”, editado en
Barcelona en el año 2006 por Morales y Torres Editores.
Pero también se arrimaron a mi, gracias a
Psycodélica, varios jóvenes menores de 20 años, estudiantes en los primeros
años de Psicología en la Universidad
Nacional de Córdoba, quienes mostraban particularísimo
interés en los estados alterados de conciencia o en lo que el antropólogo brujo
Carlos Castaneda llamaba estados de conciencia de realidad no ordinaria.
Los dos siguientes testimonios me fueron
enviados por esos jóvenes estudiantes de Psicología, muy aficionados a la
lectura y el estudio de temas relacionados con la percepción y los estados
alternos de conciencia.
Su
vivencia, única por cierto, me fue relatada en forma escrita y la he respetado
íntegramente, salvo algunos errores de ortografía que he corregido.
Un
verdadero documento para quienes son afectos a estas experiencias,
impulsados por una búsqueda en sus propias profundidades.
1)
Preparación
“En un principio, tras haber estado más de 15 horas
en ayuno (desde el día anterior hasta la mañana en que se realizó la sesión),
tiempo suficiente para digerir la comida en el estómago, aunque no tanto por lo
visto. Comencé tomando el IMAO, 150mg de una pastilla que se llama
Moclobemida, un antidepresivo inhibidor de la mono amino oxidasa,
reversible tipo A. Tras haber pasado una hora, preparamos cocinando cinco
semillas de Cebil (compuesto vegetal natural rico en Di Metil Tryptamina y
Bufoteina, precursores químicos de la serotonina) para aspirar, más una buena
cantidad de cenizas de caracol previamente carbonizadas, en una proporción en
polvo 2/3 de Cebil y 1/3 de cenizas de caracol... Por otra parte, preparamos
las otras cinco semillas de Cebil, moliéndolas un poco en el mortero, pero solo
un poco, no para que quede polvo, sino pedacitos chiquitos y sin cocinar, los
que fueron mezclados con un cannabis sativa para suavizar su fuerte gusto”.
2) Toma
“Seleccionamos la música, con un poco de Terry
Riley (el tema "In C"), separamos en cuatro líneas de polvo de Cebil
por cada uno de los participantes, calculo algo más de 500mg (total ocho líneas
por demás abundantes), las aspiramos, esperamos que pasara el momento de ardor
nasal que, dicho sea de paso, es suficiente como para hacer lagrimear los ojos
y quejarse, procediendo después a fumar la pipa. A las cuatro o cinco pitadas,
el gusto a Cebil (semejante a maní tostado a full) fue extremo, generando
náuseas y quitando las ganas de seguir con más. Aparte se sumó una extrema
tensión de las piernas y hombros (se sentía como una fuerte contracción de los
tendones), que se iba extendiendo progresivamente, subiendo desde los pies
hasta la cabeza y, lo curioso de todo esto es que, cuando esta tensión llegaba
a la altura del estómago, era cuando se producían las náuseas".
A partir de entonces, empezó un fuerte malestar
estomacal, con sucesivas náuseas, hasta por espacio de unos 10 minutos
(aproximadamente, ya que la noción del tiempo había cambiado literalmente).
Luego se provoca el vómito, a la vez también sintiendo como se pasa de un gran
malestar más que nada fisiológico a un estado anímico muy particular, en
extremo tranquilo, relajado y con una claridad mental pocas veces tenidas en la
vida. Uno empieza a saber lo que quiere realmente, sin ruidos en la cabeza,
sintonizando perfectamente la voz interior, lo que uno quiere (lo vuelvo a
repetir)".
"Con los ojos cerrados se proyectan imágenes
mentales, semejantes a las que aparecen cuando uno se está relajándose para
dormir. Gran cantidad de imágenes del tipo geométrico invaden nuestra visión,
manteniendo los párpados sin despegar. Esas imágenes son extremadamente
similares a las pictografías de nuestros indígenas autóctonos y de otros lados
de la Tierra.
Imágenes simples y claras, en formato 2D, pero de increíble
valor psicoanalítico, ya que existe la posibilidad de reflotar información
oculta en las profundidades de nuestra conciencia”.
3) Meseta y bajada muy
lentas
“Luego de ese gran “pozo físico” y después de haber
vomitado, purificando y limpiando todo el cuerpo, ya que fue eso exactamente lo
que se sintió tras vomitar y sentir que se deja una gran bolsa de piedras,
siguió una sensación muy placentera de relajación".
"Las imágenes mentales con los ojos cerrados
se vuelven altamente realistas, hasta el punto de dudar si uno tiene los ojos
abiertos o cerrados. Imágenes de altísima claridad, con formas caleidoscópicas,
geométricas y laberínticas, como laberintos vistos desde arriba.... Me
pregunto: ¿Tendrá esto algo que ver con las imágenes arquetípicas del
inconsciente de Jung ? También se presentan imágenes de paisajes y objetos”...
"A esta altura de la experiencia,
personalmente encuentro una alta relación e importancia en la posibilidad de
estudiar la DMT y
su relación con el lenguaje; lo visual transforma su significado
ordinario, adquiriendo una nueva relación significado-significante. Lo que uno
ve cobra sentido, como la voz mental que suena en ese mismo momento dentro de
tu cabeza, en vez de ser auditiva es visual".
"También se vivencia una espectacular claridad
mental a la hora de esclarecer lo que uno realmente quiere. Fue a partir de
ahí, después de esa caída al vacío, cuando empezó la parte más productiva de la
experiencia. Una alta claridad mental, lo digo y lo repito, es como despertar a
una sensación a la que estamos muy poco acostumbrados, en nuestra forma
de vida, la cual nos lleva por químicos que nos aceleran o nos frenan, pero no
nos despiertan, ni nos elevan".
"La defino cono una de las mejores
experiencias introspectivas que he tenido, a diferencia del LSD, que nos
da también una claridad mental, por ahí hasta demasiado acelerada,
característica propia de este cultura y las síntesis químicas. El Cebil nos da
una visión interna lo suficientemente interesante como para dejar.
4) Conclusión
“Resumiendo y para finalizar, la DMT (Di Metil Tryptamina) +
IMAO (Inhibidor Mono Amino Oxidasa) fue una de las mejores experiencias
enteógenas que he tenido hasta el día de hoy, observando una notable diferencia
a cuando es DMT sola, que no se capta ni un 10% de lo que son sus efectos, a
cuando se le suma el IMAO, altamente productivo para el cuerpo.
Esto, desde dos puntos de
vista, limpiándolo y purificándolo, por un lado y, por otro, psicológicamente
hace una especie de upgrade de software perceptivo-afectivo, actualizando
nuestro ser en ese punto donde concluyen todas nuestras sensaciones, que fluyen
a través de nuestra atención, centrándonos más en el aquí y ahora.
No son experiencias para
cualquier persona, tampoco son experiencias lúdicas. Las recomiendo a personas
que tengan motivos interiores lo suficientemente grandes y claros; también a
aquellos que tengan muchas ganas de conocerse a si mismos. Es decir, personas
que busquen literalmente tomar conciencia de la existencia de unas de las
tantas realidades paralelas a las que tenemos y percibimos a diario.
También recomiendo
desterrar el miedo, prejuicios y, por sobre todo, accidentes no buscados,
informándonos antes bien de que se trata lo que vamos a meter en nuestros
cuerpos. Personalmente, creo que estas sustancias deberían estar controladas y
manejadas en nuestra sociedad por psiquiatras y psicólogos, pero
lamentablemente esto no se da con los criterios sociales establecidos, teniendo
así que tomar partida uno mismo tanto por el conocimiento teórico como
práctico.
Experiencia
con Salvia Divinorum
Dosis:
0.5 grs. Salvia Divinorum (extracto X5)
NOTA: La siguiente
experiencia, es un esfuerzo de conceptualización. Pues se trata de definir en
palabras (establecer un significado), a una serie de significantes totalmente
nuevos, pero que a la vez, por su analogía y similitud con otros significantes
propios de la realidad ordinaria, busco exponer en palabras dichas
percepciones. Otra de las dificultades que encuentro en el medio de comunicación
a través de la palabra, es la incapacidad de hacer referencias a sensaciones,
pues estas son únicas y personales. Si bien se puede explicar la percepción de
un objeto a partir de sus cualidades perceptibles, como por ejemplo lo que
puede ser una taza, no puedo abordar en palabra la serie de sensaciones que me
desencadenaron, pues es algo que se ubica en un punto medio entre cualidad y
cantidad, algo inexplicable, no se puede comunicar con palabras. Es en vano su
intento de conceptualización, pues la palabra nunca definirá de una forma
certera dichas vivencias, ni con blanco, ni con negro, ni con sus grises, ni
con mucho, ni con poco, ni con todo, ni con nada se puede describir.
Es
como tratar de explicarle lo que es una nube a una persona no vidente (una
persona que nunca lo ha experimentado-vivenciado perceptualmente), se la podrá
imaginar de muchas formas, asociarlo, por ejemplo, a lo que es la textura del
algodón, pero de por si, la asociación que le damos nosotros personas videntes
entre lo que podría ser una nube y lo que es un algodón, se basa en nuestras
percepciones visuales, y no tiene en cuenta lo táctil. Tanto el vidente como el
no vidente, incluso podría aprenderse una definición de lo que puede ser una
nube, como un conjunto de partículas de agua en suspensión, pero de ahí, a la
percepción de lo que es una nube, hay mucha distancia, pues si bien, la nube y
el algodón comparten ciertas cualidades, no son lo mismo.
Experiencia: Comencé inhalando 3
caladas y procedí a cerrar los ojos. Escuchando Ravi Shankar, me vi trasladado
sutilmente a un lugar que se encuentra en este mismo espacio y tiempo, pero que
a la vez, es parte de una realidad paralela a esta, dividida una de otra a
través de un débil celofán. Sentí que parte de mi ser siempre vivió en esa
realidad, y yo solo me estaba dando cuenta, redescubriendo su existencia.
Era
un lugar muy particular, algo semejante a una cueva para que se puedan
imaginar, de tamaño inconmensurable. Había dos suelos, uno abajo y uno arriba,
si, eran dos suelos, y no un suelo y un techo, pues su ubicación era
indistinta, no existía la gravedad, para definir lo que esta abajo y lo que
esta arriba. Dicha cueva se encontraba repleta de una especie de estalactitas
que unían ambos suelos, una especie como de árboles muy particulares, pues
había una raíz extendida hacia una parte del suelo, un tronco y otra raíz
extendida hacia la otra parte del suelo (entre comillas, hacia “arriba”, pues
tampoco lo era). Este lugar se hallaba repleto de dichos árboles-estalactitas y
en cada uno de los mismos, en el área central se ubicaba una especie de punto
de conciencia de cada uno de los seres que estábamos ahí. No quiero decir
personas, pues personas no éramos, éramos esencia, éramos seres, éramos
conciencia pura.
Este
lugar no era material, no puedo tampoco decir que eran árboles, ni
estalactitas, pues estos son materiales propios de esta realidad, en dicho
lugar había “cosas” que nunca había percibido, más bien era un lugar compuesto
por “Pura Energía”. Esas dos últimas palabritas creo que son lo más correcto
para unificar esas múltiples significaciones en un solo significado.
Estuve
no más de un minuto (aproximado para esta realidad compartida
intersubjetivamente u objetivamente temporal). Pero dicha vivencia fue
totalmente sorprendente para lo que he conocido habitualmente, era
definitivamente OTRA REALIDAD, era un hecho.
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