martes, 18 de septiembre de 2012

Grupos de autoayuda


Los grupos de Autoayuda constituyen uno de los máximos objetivos que se inscriben bajo el legado humanístico de personas que procuran ayudar a otras en la solución de problemas vitales similares, compartiendo experiencias, formulando objetivos comunes y estableciendo pautas de acción que no favorezcan a nadie en particular y si a todos en general. Estos grupos funcionan, o pueden funcionar, en el ámbito de fundaciones o agrupaciones específicas y están integrados, en la mayoría de los casos, por pacientes, amigos y familiares de enfermos con distintas patologías, operando bajo un lema fundamental que hace a estos grupos de personas: "Ayudando a los demás se ayuda a uno mismo".
Los grupos son gratuitos y abiertos a todos aquellos interesados en participar, sean enfermos, familiares o amigos, que puedan ayudar, o dar su punto de apoyo, a tareas nobles, como  mejorar la calidad de vida de los pacientes, o los individuos afectados de un problema común. Son coordinados por los propios integrantes de la agrupación, ya sean pacientes o familiares y cuentan con la supervisión médica de cada especialidad, cuando se trata de enfermos de algunas patologías específicas. Son prescindentes de religión o idea política alguna.
No es fundamental ni estrictamente necesaria la participación de profesionales especializados en todos los casos de grupos de autoayuda, y< que en general lo que se procura o se busca es el compartir experiencias y brindar desde esa posición compartida una opinión o algo que pueda servir de base para la recuperación o mejoría de los demás integrantes. Los grupos se retroalimentan, la experiencia compartida ayuda a vencer temores, enseña a que cada uno se conozca y evalúe, promoviendo el autoestímulo y fortaleciendo la actividad grupal.
En los últimos años se ha extendido mucho la cantidad de estas agrupaciones como así también las distintas temáticas que unen a la gente que forma parte de las mismas. Su funcionamiento puede ser totalmente autónomo o estar integrado a una entidad base, como ocurre con aquellos grupos que funcionan en dependencias como centros vecinales, dispensarios de salud, grupos parroquiales o integrantes de alguna congregación religiosa, sin ser necesariamente vinculantes con la fe que se profesa en los lugares de prácticas espirituales.
Entre las múltiples variantes que podemos encontrar de estos grupos, históricamente el más antiguo y uno de los más prestigiosos y extendidos por el mundo es del movimiento Alcohólicos Anónimos, que invita a participar y relatar su experiencia a toda persona que tiene problemas con la ingesta descontrolada de alcohol. Más allá de los costosos tratamientos clínicos, psiquiátricos y psicológicos de personas afectadas por el alcoholismo, muchas de las cuales no están en condiciones de enfrentar los gastos que significan esas líneas terapéuticas, el grupo de alcohólicos anónimos es un primer paso para reconocer la existencia de ese problema en la vida y el escuchar y compartir experiencias a veces tiene un significado que no se logra por otros caminos y la persona enferma se siente contenida emocionalmente por alguien que la comprende porque seguramente ha vivido o ha pasado por el mismo calvario existencial.
Las personas que tienen conductas droga – dependientes también han formado sus agrupaciones de auto ayuda, aunque la variedad del problema es muy grande, ya que se puede ser adicto a productos muy diferentes entre si, como la cocaína, por ejemplo, que lleva a una dependencia altamente destructiva, en tanto hay adictos a ciertos calmantes de dolores o desinflamantes de las vías respiratorias cuyos efectos no son tan nocivos ni para el cuerpo ni tampoco para la conducta de la persona. Pero se comparte el trastorno básico de todas las adicciones, es decir un comportamiento compulsivo que hace la vida imposible sin utilizar el elemento del cual se ha creado la dependencia que, al principio es puramente psíquica y después se hace dependencia física.
Durante mucho tiempo no fue considerado un problema social ni familiar, pero con el transcurrir de los años la gordura excesiva se ha ido convirtiendo en algo no solamente nocivo para la salud sino algo que la gente en general ha rechazado de distintas maneras. Los grupos de “gordos anónimos” son de más reciente fundación que los de individuos dependientes del alcohol o las drogas. Por lo general, hay dos clases de gordos o personas con sobrepeso, aquellos que sufren trastornos metabólicos y retienen un alto contenido de grasas que se distribuyen por su cuerpo y los que sin tener alteraciones en los metabolismos orgánicos son lo que se llama comedores compulsivos, es decir que comen en exceso y no pueden dejar de hacerlo.
A lo largo del Siglo XX se desarrollaron e incrementaron considerablemente ciertas enfermedades mentales. Así como en el Siglo XIX el trastorno psíquico por excelencia fue la Histeria, en los años del 1900 al 2000 y sobre todo luego de las dos Guerras Mundiales y la llamada “guerra fría”, la Depresión se instaló en la sociedad como una enfermedad que, en el mundo afectó a millones de personas, dando origen a distintas terapias psicológicas y a una industria farmacológica enorme. Sin embargo, más allá de sus terapias y terapeutas, o médicos prescriptores de antidepresivos, los afectados de Depresión se han reunido y han formado sus grupos de autoayuda, donde cada uno expone su caso en reuniones conjuntas y se pueden ver así las numerosas causas que pueden desencadenar depresión en un ser que hasta entonces llevó una vida dentro de los parámetros normales.
Es importante destacar que, los grupos de autoayuda, que nacieron como una actividad meramente comunitaria y no vinculada necesariamente con instituciones de salud, con el pasar del tiempo distintas instituciones relacionadas especialmente con la salud pública han incorporado grupos de auto ayuda, sobre todo en casos de enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales. Es increíble como ha crecido en los últimos años la cantidad de agrupaciones de personas que comparten en grupos sus experiencias sobre enfermedades como la Diabetes, las enfermedades del corazón y el aparato circulatorio, los enfermos de cáncer. Mientras, por otra parte, las enfermedades mentales más deteriorantes de la persona también han generado la aparición de grupos de autoayuda, ya sea de enfermos de Epilepsia, Esquizofrenia, Demencia, Trastornos Bipolares o sea los que tienen una alteración de tipo maníaco depresivo.
En lo que hace a patologías mentales, en este primer decenio del Siglo XXI se destaca el avance estadístico de una patología desconocida durante mucho tiempo en la historia de la humanidad: los enfermos de pánico. Cada vez es más raro encontrar personas que no hayan tenido alguna vez o sufrido un ataque de pánico y no deja de ser una experiencia terriblemente traumática para quien no tiene idea de que se trata. Si bien aquí también hay toda una industria farmacológica comprometida con el problema, la terapia grupal de autoayuda es un buen elemento para tomar conciencia de las raíces psicológicas de la afección y de cómo enfrentarla a través de una creciente fuerza espiritual.
También a pesar de que cada vez muere más gente por accidentes y enfermedades cardiovasculares o tumores, la edad promedio de la población ha ido en creciente aumento. Y con ello las atrofias cerebrales de la edad senil, digamos en promedio más allá de los 70 años, son hoy un verdadero problema para miles de familias que tienen algún anciano afectado de las distintas formas demenciales de la edad avanzada: Enfermedad de Alzheimer, demencia senil, arteriosclerosis cerebral, Enfermedad de Pick, etcétera. También aquí los grupos de auto ayuda se hacen sentir sobre todo en información y consejos de los familiares de las personas que padecen estas patologías mentales.
En el ámbito de las relaciones de pareja, durante mucho tiempo se mantuvieron ocultos los dramas que vivían muchas familias. Hoy, por el contrario hay numerosas agrupaciones que permiten ayudar y ayudarse a individuos afectados de diferentes patologías en el ámbito de la vida familiar: castigadores, abusadores, mujeres codependientes, es decir toda una gama de problemas vinculares que tienen que ver con la dinámica interna de las relaciones en el seno del hogar. Como puede apreciarse, en el ámbito de las familias se dan numerosas situaciones que muchas veces requieren atención especializada, generalmente psiquiátrica o psicológica, pero el integrarse a un grupo de autoayuda brinda la posibilidad muy importante de encontrar un ambiente de clara comprensión del problema o situación patológica que se padece, con una gran contención en el ámbito de lo emotivo y afectivo.
También han formado grupos de autoayuda aquellas personas que han tenido la desgracia de perder un hijo, sea en circunstancias accidentales o enfermedades malignas, o situaciones extremas de la vida social como pueden ser las muertes por agresión o ingestión de drogas. En todos los casos, la pérdida de un hijo está considerada como uno de los principales dramas que se pueden vivir en el seno de una familia. Las terapias Psicológicas no siempre dan los resultados esperados porque a un padre que ha perdido un hijo es muy difícil establecerle algún tipo de reeducación emocional sustitutiva de la vida que se ha ido. La experiencia de estos grupos es positiva en el sentido de que “juntos somos más” y compartir el mismo dolor a veces permite juntar fuerzas entre muchos que individualmente resulta poco menos que imposible.

Ítems de la Autoayuda (tomados de Renacer Buenos Aires)
        1) Dar y recibir, recibir y dar: problema compartido, problema diluido. No se trata sólo de conseguir ayuda para sí mismo en un momento crítico de la vida, sino también consiste en prepararse para reintegrar y devolver ese apoyo a otros. El circuito de la autoayuda se completa cuando el ayudado de hoy se convierte en el ayudador de mañana.
        2) No hay jerarquías: en la autoayuda somos todos partes; el coordinador es un par que ocupa ese sitio para compartir su experiencia, administrar el uso de la palabra y velar por los objetivos de Renacer. Ser guiado por alguien que está mejor demuestra que existe un camino que puede ser enseñado y aprendido. Es un estímulo poderoso: si alguien pudo, uno también podrá.
         3) Las decisiones se toman por consenso: las decisiones se toman democráticamente ya que en la autoayuda no existe la jerarquía "arriba-abajo". El grupo no es de nadie y tiene más derechos adquiridos el que se ha recuperado y se ha involucrado y comprometido con la tarea grupal, aunque en la práctica no los debe ejercer.
        4) Sinceridad: alguien que se ha recuperado puede ser sólido en sus convicciones y en su testimonio para transmitir que ha pasado por el mismo dolor y que ha trabajado la autocompasión, la ira, el resentimiento, las culpas y todos los sentimientos que hacen aumentar el sufrimiento para poder conectarse con lo mejor de sí mismo.
        5) Vocación de servicio: se expresa con el ofrecerse a ayudar a otro que sufre o en los servicios que necesite el grupo (hacer el café, sacar fotocopias, llamar por teléfono, etc.); nadie se siente mal por el tiempo, la paciencia y la disponibilidad que le aporta al grupo. Antes pidió lo mismo y lo obtuvo sin retaceos.
        6) Crecimiento espiritual: el primer paso para resolver un problema es encararlo. En el grupo circula una energía diferente y el conectarse desde lo espiritual es un facilitador que lleva a dejar de confiar en la propia omnipotencia y a poder pedir y aceptar ayuda. A medida que se va superando el sufrimiento, uno se siente cada vez más invadido por sensaciones como amor, equilibrio, dignidad, etc. Es una manera posible de ser y estar en la vida.
        7) Vivir un día a la vez: la propuesta es compartir la experiencia (el pasado), la fortaleza (el presente) y la esperanza (el futuro), jerarquizando el sólo por hoy, que es todo lo que el ser humano tiene de real. Se trabaja la dificultad para aceptar la realidad; se aprende que no podemos mejorar la vida de los demás y, si bien valoramos la necesidad del grupo, sabemos que cada uno debe hacer su propio camino, tratando de mejorarse a si mismo.
        8) Se evita el diálogo: en el grupo se aprende a tener un criterio abierto; a escuchar antes de hablar; a no abrir juicios de valor; a evitar la tendencia propia a opinar y dar consejos. El no dialogar nos permite reflexionar y escuchar todo lo que se dice, con menor interferencia de lo que se respondería de estar permitido el diálogo.
        9) No hay compromiso religioso: los grupos de autoayuda están abiertos a todo el mundo -ateos, agnósticos o de diferentes religiones-. Lo que sí se promueve es la disponibilidad para una apertura espiritual. Se suele llegar al grupo con rebeldía y quebrantamiento de la fe; el poder trabajar para un desarrollo espiritual se convierte en un bálsamo ante tanto dolor. Promueve, al mismo tiempo, la tolerancia y la comprensión de las diferencias.
        10) Son gratuitos: el único dinero que circula son contribuciones voluntarias para solventar las mínimas necesidades del grupo (fotocopias, café, etc.)
        11) Es un proceso lento y tiene altibajos: esto lo enseña la filosofía de la autoayuda; tomar conciencia de la propia vulnerabilidad es un duro camino salpicado de logros y obstáculos y lleva al ego a dejar su omnipotencia para lograr la aceptación de la realidad; a aceptar recibir ayuda y, además, poder cooperar, ser solidario y compasivo con los demás. Requiere tiempo y energía para apr
opiarse de los aprendizajes a realizar.
        12) Se promueve la comunicación telefónica: como una herramienta más que funciona en dos direcciones, quien recibe la llamada vive satisfactoriamente que se confíe en él y quien la hace percibe que es comprendido y que hay una sincera voluntad de ayudarlo.
        13) Se promueven valores: esto hace que el trabajo grupal sea exitoso porque disuelve el terco egoísmo individualista y promueve sentimientos y valores perdurables como sinceridad, respeto, amistad, compasión, tolerancia, amor, cooperación, comprensión, etc. La sensación es que solos es muy difícil, pero junto al grupo podemos encontrar el camino y guiarnos mutuamente.
        14) Los grupos de autoayuda son verdaderas escuelas de vida: aprendemos que es posible ser honestos con uno mismo y con los demás. Esto da un sentido del compromiso y la responsabilidad con el crecimiento personal que se transforma en un poderoso motivo para transitar este camino tan doloroso.
Fuente: Renacer Buenos Aires

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