El texto que conforma la presente obra no es
precisamente el de un libro de autoayuda, aunque a algunos lectores,
eventualmente, les pueda servir como tal. Creo que deberíamos verlo, más bien,
como un intento serio de aproximación a un auto descubrimiento de las
facultades ocultas que se albergan dentro de la mente humana.
Para ello, vamos a hacer un profundo recorrido
que lo dividiremos en tres partes: una primera referida a la realidad desde el
mundo interior; una segunda, en la que nos detendremos en lo que he dado en
llamar luces y sombras de la mente; en tanto, la tercera, serán referencias del
ayer hacia el mañana.
Cada una de estas partes se compone de siete
capítulos independientes entre sí, pero interdependientes en el sentido general
de la obra, que irá oscilando entre lo claramente explícito y lo que se
manifiesta en un lenguaje simbólico, más fácil o más difícilmente detectable,
según la sensibilidad del lector.
En todo este recorrido, que no será una línea
recta siempre hacia el mismo lado, trabajaremos en principio con todo aquello
que tiene que ver con el SER y trataremos de que se entienda con claridad la
diferencia con la fachada que cubre o recubre nuestro ser, es decir el YO.
Será durante este segmento del trayecto que
nos espera cuando retomaremos contacto con alguien que nació en los albores del
Siglo XX, en 1908 y murió tempranamente en 1970, dejando una obra magnífica que
les abrió el camino a muchos de sus discípulos y a otros tantos que, sin
reconocerse alumnos de este verdadero maestro, incorporaron muchas de sus
enseñanzas. Me estoy refiriendo a Abraham Maslow.
Pudiendo llegar a la comprensión clara y
precisa del SER, entonces iremos teniendo una base desde donde poder
interpretar los alcances de una mente milagrosa, que no es otra que aquella de
que nos ha dotado nuestra intrínseca naturaleza humana.
Esa mentalidad sintonizada con los milagros
solo podemos intuirla primero y descubrirla después a partir de ese gran
hacedor de fenómenos cotidianos que es el amor en su forma más pura.
Siendo capaces de poner una conciencia tal en
movimiento, habremos dado el primer paso hacia el suceso fundamental que marca
un hito en la evolución de las especies, la manifestación de la creatividad. Y
nos atreveremos a analizarla, tanto desde sus aspectos racionales cuanto desde
su lado emocional.
Razón y emoción no son dos polos opuestos de
la inteligencia, son dos formas diferentes de percibir el mundo de los objetos
o la suma de todo lo creado. Son dos formas que se complementan y debemos tratar
de armonizar, porque según como haya sido nuestro trayecto vital desde los
primeros pasos que dimos en la vida, tendremos tendencias internas incorporadas
para ser más racionales o más emocionales, cuando lo ideal es una relación
equilibrada entre el campo puramente basado en el razonamiento y el universo de
los sentimientos y las emociones.
En todo momento trabajaremos sobre dos
parámetros esenciales, que son la espiritualidad y la evolución. Una nueva
espiritualidad ha nacido a partir de los años ’80, movilizada por una masa
crítica de personas que logró despegarse de los sentidos exclusivamente
místicos que encerraba este concepto. James Redfield lo explicó muy bien en “La
novena revelación”.
Permanentemente iremos y volveremos sobre la
evolución, del ser humano en todo sentido y de las teorías que a él se refieren
y tratan de explicar su conducta y su comportamiento en un mundo en constante
movimiento y cambio dinámico.
Entendemos, desde aquí, que espiritualidad y
evolución son los dos pilares en que se debe asentar todo atisbo de mente
sanadora, comprendiendo por tal a una conciencia en movimiento y sin fronteras,
abarcadora de todas las potencialidades que encierra el ser.
Pasada esta primera parte de nuestro viaje
imaginario al interior de nosotros mismos, nos introduciremos en la segunda, es
decir nos animaremos a bucear entre las luces y las sombras de la mente. Para
muchos autores y estudiosos de la psicología contemporánea, la luz y la sombra
del ser están indefectiblemente entrelazadas, siendo un objetivo básico del
auto conocimiento poder apreciar la sombra para permitir el mejor brillo de la
luz.
En el campo de las relaciones interpersonales
y de pareja nos detendremos a reflexionar en la co-dependencia, un vínculo
patológico que asfixia la existencia de muchas personas que no supieron o no
pudieron construir su modo de vida en libertad.
Tomando un verdadero ícono de la historia del
arte, como lo fue Salvador Dalí, el insigne y genial pintor catalán, nos
permitiremos tomar algunos pasajes de su autobiografía “Confesiones
inconfesables” para desarrollar a partir de sus memorias algo que, con sentido
psicoanalítico, hemos denominado “metáforas de vida y muerte”.
Luego nos introduciremos en un análisis muy
diferente a los que se han hecho en gran parte del mundo, en otra
manifestación, ya del arte post-moderno, para tratar de desentrañar lo que para
mí es “magia sucia”, a través de la vida del niño y adolescente Harry Potter,
nacido del mundo mágico y oscuro de la mente de una mujer ya eternamente célebre,
Joanne Rowling.
Entre las sombras del pensamiento
encontraremos sin duda el mecanismo psíquico de la represión, magníficamente
reconocido por Sigmund Freud en la última década del Siglo XIX. Sobre este
tema, haremos referencia a su base orgánica, descubierta hace muy pocos años
por un equipo múltiple de psicólogos norteamericanos de las Universidades de Stanford
y Oregón, encabezados por John Gabrieli y Michael Anderson.
El sueño y el estrés son dos estados mentales
que tienen una importancia de primer orden en la vida de casi todos los
mortales, por eso me detendré en ellos tratando de hacer entendible para todos
los lectores una relación muy compleja entre ambas partes.
Los psicofármacos se han convertido, desde la
segunda mitad del Siglo XX hasta la actualidad, en el sostén de buena parte de
los laboratorios de productos medicinales, una de las industrias más
florecientes en el mundo contemporáneo. Nos preguntamos y trataremos de
responden si son aliados o enemigos del cuerpo humano.
También nos ocuparemos de la musicoterapia,
conocida desde hace mucho tiempo y que parece, frente a otras técnicas más
modernas, haber perdido un poco de espacio.
Finalmente, nos detendremos en referencias del
ayer que siguen siendo válidas hoy para el mañana.
Echaremos aquí una mirada diferente a la de
sus discípulos psicoanalistas sobre la obra de Sigmund Freud, un verdadero
visionario de lo que muy posteriormente de sus comienzos sería la llamada
medicina psicosomática.
No dejaremos pasar por alto el legado del gran
maestro, sin nunca proponerse serlo, Jiddu Krishnamurti, deteniéndonos en su
conceptualización de la meditación, una forma de equilibrio mental única.
Además, me referiré con particular detalle a
mis veinte años de experiencia continua en la Escuela de Yoga “El
Sendero”, de la ciudad de Córdoba, República Argentina, , en el capítulo sobre
yoga, sueños y recuerdos infantiles.
Luego analizaré los aportes importantísimos
para una buena salud mental formulados por Wayne Dyer, a través de un verdadero
abanico de obras, cuyos extremos yo ubico en “Tus zonas erróneas” y “Tus zonas
mágicas”.
Del mismo modo, daré mi opinión sobre lo que
yo he llamado “la espiritualidad cuántica” de ese excepcional especialista en
fenómenos mentales y curaciones no convencionales, de origen hindú, Deepak
Chopra.
En este sector de referencias del ayer hacia
el mañana, no dejaré de lado una tendencia que se viene desarrollando desde
hace un tiempo a esta parte y que no es otra que la utilización de de distintas
corrientes del pensamiento filosófico, aplicadas por sus principios básicos en
la solución de los problemas de la vida cotidiana de muchas personas, que no
encontraron ni en la psicología ni en la psiquiatría un alivio para sus
situaciones vitales conflictivas.
Y he dejado para el capítulo de cierre mi
impresión personal, el corolario de todo lo tratado en estas páginas, en una
conceptualización de mente y cuerpo como unidad ecológica, porque creo que va
más allá de la fórmula ya tradicional de equilibrio biológico, psicológico y social,
para apuntar en cambio a una integración total de la mente, el cuerpo
individual y la sociedad entera con el medio ambiente general, desde un enfoque
holístico que no sabe ni quiere hablar de fronteras.
El
autor
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